Algunos jóvenes tienen la costumbre de arrojar huevos u otros objetos arrojadizos a las viviendas y vehículos en movimiento o parados, lo que genera un peligro para la seguridad. Durante estas fechas también es frecuente la organización de fiestas en locales o cuartelillos que no siempre cumplen los requerimientos administrativos y de seguridad previstos para la celebración de estos eventos. No por ir disfrazado se pueden cometer actos vandálicos o incívicos. Asimismo, los disfraces no eximen de las responsabilidades administrativas o penales que puedan derivar de la comisión actos incívicos o vandálicos.
En la moda de la fiesta de «halloween» que tienen lugar cada año por la víspera de Todos los Santos, este año ha llamado la atención el uso de huevos que se lanzan entre los participantes, convenientemente disfrazados de zombis o de calaveras. Al margen del significado que pueda tener el lanzamiento de huevos, una de las peores consecuencias es la suciedad que dejan en las calles. Y buena prueba de ello es que a primera hora de la mañana de ayer los servicios de limpieza de Sax tuvieron que esforzarse en retirar las cáscaras y los cartones en los que se transporta este producto para que no se rompa. El contenido, todavía viscoso, se extendía a medida que los viandantes lo pisaban, la mayoría de ellos sorprendidos por tan insólita y novedosa «diversión».